Jesús Salas Bustamante es historiador y bibliotecario en la Universidad de Cantabria, donde se encuentra al frente de Publicaciones Impresas, incluyendo Colecciones Especiales, en la actualidad con gran presencia en el repositorio ReCrea dedicado a herencia cultural de Cantabria, recientemente inaugurado, aquí, complemento ideal del repositorio UCrea dedicado a producción académica de la propia Universidad, aquí.
Es en ReCrea donde se aloja la versión digital del fondo físico que conserva la Biblioteca de la Universidad de Cantabria del Boletín de Cirugía fundado por el Dr. Madrazo en 1910, una revista científica cántabra de primer nivel que debido a la suma de muchos factores, entre los que probablemente no debamos excluir la propia biografía del doctor, encarcelado los últimos años de su vida por motivos políticos, ha sido muy poco atendida al menos hasta tiempos recientes.
El patrimonio científico español, y también el cántabro, patrimonio del que forma parte esta revista junto a otras como el Boletín del Colegio de Farmacéuticos de Santander (ISSN 1132-5585) y la Revista Médica de Santander (ISSN 1131-1657), ambas de los años 20 y 30, o los Anales de la Casa de Salud Valdecilla (ISSN 0301-3839) nacidos a la par que la Casa de Salud de igual nombre, actual Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, necesitan cuidados. Y los necesitan porque necesitamos de ellas: sin pasado es muy difícil levantar un futuro asentado sobre pilares sólidos.
Muchas de las publicaciones científicas, sobre todo las periódicas, del primer tercio del s. XX, coordenadas a que responde el Boletín del Dr. Madrazo, y aun las anteriores, desde la primera española llevada a imprenta en Sevilla el año 1736, están pendientes no ya de revisión de contenidos, sino incluso de identificación y localización. Es esta una necesidad que ha detectado muy resueltamente la Biblioteca de la Universidad de Cantabria, a cuyo responsable de papel preguntamos por la revista médica pionera y acaso más importante de Cantabria hasta la fecha, el Boletín de Cirugía del Dr. Madrazo.
1.- ¿En qué momento de su vida emprendió el Dr. Madrazo la publicación del Boletín?
El doctor Madrazo comienza la publicación del Boletín en 1910, cuando ya contaba 60 años. Tras décadas de práctica se consideraba ya sin la capacidad suficiente para seguir operando y va planteando su sucesión en el hospital, promocionando el trabajo de los médicos más jóvenes del Sanatorio. Este retiro de la cirugía le permitirá volcarse en otros proyectos vitales relacionados con la educación, el teatro y los libros. Esta revista es un ejemplo de esas nuevas inquietudes al retirarse de la cirugía práctica.
2.- ¿Qué objetivo perseguía? ¿Cree usted que logró cubrirlo?
Según expone él mismo en la presentación del Boletín, su intención era hacer llegar al público los aprendizajes prácticos de los médicos que operaban en el hospital. La formación teórica le parecía muy importante pero también la experiencia que se gana en el trabajo diario. Su objetivo era que esa experiencia se transmitiera mediante el Boletín. Además de los artículos médicos, cada número incluía también reseñas bibliográficas, noticias o comunicaciones de congresos. Madrazo no participa con comunicaciones sobre cuestiones prácticas sino con editoriales, artículos generales sobre medicina y reseñas bibliográficas.
La idea de generar producción científica propia aprovechando la práctica personal es una idea muy innovadora en su tiempo. Por un lado tenía un impacto publicitario importante, dando a conocer el Sanatorio y, por otro, obligaba al personal a reflexionar sobre su propia práctica médica, lo que suele ser muy útil como proceso de mejora. El hecho de que el Boletín se publicara durante cuatro años, siendo el Sanatorio una institución pequeña, es un indicador de que cumplía los objetivos marcados.
3.- ¿Cuál fue el papel del doctor en la publicación y cuál era el perfil de los autores?
El doctor Madrazo es el padre absoluto de la idea del Boletín, su mentor y su editor. Es un instrumento más que crea dentro del hospital como parte de su función de divulgación y comunicación. Se encarga de la impresión, búsqueda de publicidad y redacción de artículos y editoriales.
Inicialmente los autores son médicos que trabajaban en el hospital, pero posteriormente se fue ampliando a otros facultativos de prestigio. Madrazo también escribe algunos artículos pero no sobre la práctica quirúrgica, que ya había abandonado, sino sobre cuestiones generales o reflexiones sobre la medicina.
4.- ¿Es hoy una revista conocida? ¿Lo fue entonces?
Es difícil evaluar el impacto que pudo tener la revista. Sabemos que Madrazo era un gran divulgador y que tenía un agudo sentido comercial en todos sus proyectos, por lo que seguro que su distribución fue amplia. Las tiradas fueron de entre 3000 y 5000 ejemplares por número, lo que es una cantidad considerable. Era una persona que solía realizar envíos masivos de lo que publicaba por lo que es de suponer que estuvo a disposición de numerosos hospitales y médicos de la época. Sin embargo, desconocemos qué interés despertó entre sus colegas la publicación.
El conocimiento sobre la existencia del Boletín de Cirugía era muy reducido hasta hace unos pocos años. Ahora se está poniendo en valor la Edad de Plata de la medicina, un periodo especialmente fértil en esa materia, y todas las publicaciones que aparecieron durante esos años son objeto de mayor atención.
5.- ¿Está accesible en la Biblioteca de la Universidad de Cantabria y bajo qué condiciones?
En la Biblioteca de la Universidad de Cantabria conservamos los Boletines desde junio de 1910, cuando se publicó el primer número, hasta febrero de 1914. Se publicó al menos un número más, el de marzo de 1914 pero no sabemos en qué momento dejó de publicarse.
Todos los números que conservamos están digitalizados y son de libre acceso a través del portal ReCrea de la Biblioteca, aquí.