La primera mujer Ministra de España, quizá también de Europa, tuvo una vida que en muchas ocasiones parece haber discurrido en paralelo a la de María Teresa Junquera Ibrán, primera directiva de la CSV (subdirectora de la Escuela de Enfermeras de la CSV, responsable de orfanato en Madrid bajo las órdenes de la Ministra, exiliada a París como ella, detenida por los nazis y encarcelada, etc.), también fue quien pidió a Heliodoro Téllez Plasencia que representara a España en el Congreso Internacional de Rayos celebrado en Chicago el año 1937 (cuya conferencia versó sobre el Servicio de Rayos que había armado en la CSV a partir del Servicio de Fisioterapia, que desdobló, pasando a dirigir ambos hasta que marchó al exilio) o quien inspiró a Wenceslao López Albo su programa de inclusión en la vida laboral de personas con discapacidad, tema también inédito pero del que se conserva documentación original en el Archivo Histórico Provincial de Cantabria (en el marco de esta experiencia se contrataron a los primeros enfermeros masculinos de la CSV).
Es normal que una institución de tanto peso como la nuestra haya tenido un papel protagonista en la historia. Es necesario recordarlo para seguir teniéndolo.
En la foto, los tres libros de memorias escritos por Federica Montseny.