Se iba a tirar. Se logró salvar en el último momento y trasladar a la Biblioteca, donde se trató mínimamente la documentación relacionada sobre todo con la Guerra Civil, proceso durante el cual se pudo comprobar que faltaba documentación fruto seguramente de un expurgo incontrolado realizado en una época indeterminada, probablemente durante la Transición.
A principios de 2025 se gestionó la transferencia de toda esta documentación no clínica (de la clínica se tiene que hacer responsable el Hospital) al Archivo Histórico Provincial de Cantabria, con sede en la antigua Tabacalera de Santander. Esta decisión se ha argumentado por dos vías: la primera, el difícil encaje de documentación de archivo en una biblioteca, más documentación histórica, sumada la dificultad de crear un archivo histórico en un hospital, sobre todo habiendo alternativas, como es el caso; y segunda, el buen funcionamiento del Archivo Histórico Provincial de Cantabria sumado el cariño con que ha sido tratado este tema por parte de los responsables y técnicos del mismo, con su Director Francisco García al frente. De resultas, nuestra documentación, salvada por la campana de la destrucción, de estar aislada en una biblioteca (que no es su ecosistema natural) ha pasado a estar en el mejor sitio posible y en breve a disposición de todos los ciudadanos interesados.
Una gestión brillante que fue refrendada por las autoridades tanto de Sanidad como de Cultura hace escasas semanas, aquí.