Tal fue la repercusión de su trabajo que a las enfermeras en Reino Unido las empezaron a llamar "ruiseñores" en referencia al apellido de Florence, que significa "ruiseñor".
La Guerra de Crimea pasó. Sin embargo, seguimos disfrutando de las mejoras que Florence Nightingale propició.
Durante otra guerra, esta vez la IIª Guerra Mundial, la BBC estaba grabando a un ruiseñor en un jardín, el mismo donde veinte años atrás habían grabado su primer directo. De fondo se empezó a oír un ruido molesto. El técnico de sonido siguió grabando. Eran aviones de la RAF que se dirigían a Alemania. El ruiseñor no dejó de cantar.
Esta guerra, lo mismo que la de Crimea, también pasó. El ruiseñor permanece.